La casa club se encuentra en un lado de
un río en Yancheng, rodeado por un parque y campo de deportes. Un espacio donde
el horizonte se extiende, donde prima un ambiente tranquilo, puro y poético. En
un ambiente así, la arquitectura debe ser una intervención cuidadosa al sitio,
para evitar arruinar el sentido original del lugar y al mismo tiempo crear el
contacto cercano con la naturaleza. Así se crea un edificio de cristal en la
orilla del río para integrar al visitante, la arquitectura y el paisaje en un
todo.
Se toma como inspiración la casa Farnsworth
de Mies Van der Rohe, como un concepto y se crea una nueva forma a través de
una serie de acciones en él modelo: estiramiento, lazo, y doblar. Estas
acciones conducen aportan profundidad al edificio, dándole mejores vistas, un patio interior que
ofrece más privacidad y un techo accesible como extensión del paisaje.
La transparencia desmaterializa la arquitectura.
La preocupación por la forma física del edificio se sustituye por el deseo de maximizar
la experiencia del entorno natural de los visitantes.
En respuesta al paisaje circundante, el edificio se convierte
en una forma lineal y plegada. Zigzaguea y fluye, a veces acercándose al suelo,
a veces flotando en el aire. Mientras que en su interior ofrece a los
visitantes diversos puntos de vista en diferentes niveles y el ángulo, da la
impresión de que la arquitectura se reacciona con su entorno de una forma muy
sutil.
Se plantea el conjunto de la estructura con dimensiones mínimas para enfatizar el concepto de ligereza del edificio y la sensación de estar este flotando. Se parte del condicionante de un terreno blando, por lo que se plantea una solución estructural de la cimentación por medio de pilotes.
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